Manuela,
Fatima, Marga y Minerva. Los nombres de cuatro amigas inseparables,
que en estos días celebran como no juntas, la despedida soltera
de Fatima.
Las
mismas que años atrás, buscaban mil excusas con sus padres, para
terminar haciendo los deberes juntas, como juntas tomaron sus
primeras copas con alcohol, sus primeros cigarros e incluso sus
primeros chicos. Épocas de adolescencia, donde hoy te encantaba uno
y al día siguiente otro, pero ese otro y el primero, pertenecían a
la misma pandilla y al final, todos habían tonteado con todos.
Hasta
que una de ellas, se fue distanciando. No llegaba a la reunión de
amigas de los viernes, contando un clásico...”oh...conseguí a
Mario...Pedro...Pablo o el que fuese” Durante meses, Minerva no
acudía a esa cita contando alguna conquista, flirteo o solo deseo
con algún chico.
Tres
mosqueteras surgieron entonces, mil chicos de todas las clases y
estilos, elegidos por ellas para Minerva, y Minerva que en cada uno
de ellos encontraba defectos. Desde el más simple al más rebuscado,
excusas y mil excusas, hasta que su secreto fue desvelado primero
Manuela y después al resto.
De
ahí, las tres mosqueteras, pasaron a elegirle mil chicas diferentes
y estas sí, tuvieron más suerte, aunque no siempre.
Son
las mismas cuatro chicas, que ahora con veintiocho años, mes arriba,
mes abajo, están tumbadas en una cama balinesa en una exclusiva
playa de las Bahamas, mientras los chicos continúan bailando a
metros de ellas.
-
Son ocho mordiscos Minerva- Manuela tumbada al lado de Minerva, hace
chocar sus hombros ante su propia broma y Minerva hunde el rostro en
el cómodo colchón.
-
Muy sobrada la tía- apostilla Fatima y provoca que Marga, escupa el
caldo francés achampanado que bebía en ese momento y Minerva suba
su rostro.
-
No es sobrada es- defiende Minerva pero hace una pausa, ¿como
demonios es? Sumamente atractiva, puede jugar, quiere y lo hace. Eso
es- Ella pues...pues
-
Jajaja, por favor. ¿Como vas a saberlo?- la interrumpe Manuela,
quien más la conoce.
-
Justo eso pensaba....pero si, es una sobrada. No puede ir por ahí
jugando con nenas chiquitillas como yo. Una es sensible y que una
boca como la suya, diga que me va a dar ocho mordiscos, es para
haberle contestado....cuando quieras valiente.
-
Pero a ver- interviene ahora Marga, recuperada de su incidente con el
champagne- ¿no te había dicho, ocho veces eso son ocho mordiscos?
-
No lo repitas- se queja Minerva y vuelve a hundir su rostro en el
colchón.
-
Sobrada, lo que yo os digo. La pasta se le huele de lejos, esta
alojada en la villa más lujosa, no la he visto conversar más que
con el tío que la acompaña y esta mañana, desayunó rodeada de
ordenadores y móviles. Después exhibición de cuerpo en la playa y
para rematar te suelta tal pullita, pasa de ella.
-
Gana puntos ejecutiva- susurra Minerva a Manuela y ésta, niega con
la cabeza- ¿No?
-
No me cuadra
-
Que pases de ella- eleva la voz Fátima, desde luego la tía de la
que hablan, no le ha caído muy en gracia- te pasa en edad, en
chulería y me gusta más la arquitecta. Más nena buena, como tu.
-
Si justo por no ser buena es que le ha gustado la...la...- hace una
pausa Marga elevando ambas cejas pensando, ¿como se la puede apodar?
-
Sobrada- desde luego Fátima tiene muy claro el apodo.
-
Sobrada no es sexy- dictamina Marga, buscando aún un apodo, pero
entonces recuerda lo dicho por Fátima- ¿Que arquitecta?
-
Ella dice que es arquitecta, pero a saber....y no me gusta- sentencia
Minerva y decide apoyarse en una mano y dejar de hundirse una y otra
vez en el colchón.
-
Jajaja, que a la niña le gustan malotas- se divierte Manuela, tras
verla mirar disimuladamente hacia una villa.
-
Susana no lo era- Fátima insiste.
-
Ja- rebate Marga- carácter para aburrir tiene.
-
Me gustan las mujeres seguras, Susana lo era.
-
Y la sobrada más- ahí sigue, es el contra escrito y subrayado en el
folio blanco.
-
No es nada sexy- el apodo a Marga, continúa sin gustarle.
-
En mi vida he visto alguien más sexy que ella. Me gustan con
carácter, odio las flojeras.
-
Ah....¿la arquitecta es flojeras?- Marga y el alcohol consumido
corriendo por sus venas, se pierde.
-
No se si será flojeras, pero es de nuestra edad, mujer y guapa. Gana
ella- Fátima, rellena su casillero de contras y se proclama
vencedora.
-
Jajaja, difícil lo tiene, desde luego la posible arquitecta es menos
llamativa que doña sobrada mirándonos- informa Manuela y todas se
giran rápido a mirar un hermoso efe dieciocho aparcado en un
espectacular jardín.
-
¿Está mirando?- pregunta Minerva, recuperándose muy rápido del
consumo de alcohol.
-
Mójate el labio, quizás así baje a castigarte- Fátima prosigue en
su cruzada, detesta las apariencias y las agresivas, más.
-
Con látigo y en sus rodillas- prosigue Manuela.
-
La tontería a mi excita- suelta al aire Marga.
-
A mi, el solo hecho de imaginarmela con látigo- sueña Minerva.
-
Jajaja- y se descojona Manuela.
Quien
no ríe pero si sonríe, es el efe dieciocho de nombre Julia. Y lo
hace mirando a las cuatro chivas, tras colgar una llamada telefónica.
jajajajaja.....Me encantó el diálogo entre las chicas...y creo que la búsqueda de la pareja perfecta para Minerva puede parar, ya encontró, definivitamente Minerva quiere la malvada..sobrada.. jajaja
ResponderEliminarbeijos
Jajaja, yo también elijo malvada, que de chicas buenas esta lleno el mundo. Es increíble, tú capacidad. Totalmente asombroso. Besos, Jayssel.
ResponderEliminarJajaja, yo también elijo malvada, que de chicas buenas esta lleno el mundo. Es increíble, tú capacidad. Totalmente asombroso. Besos, Jayssel.
ResponderEliminarSin duda la malvada.este relato va in cresscendo
ResponderEliminarSi es que no puedo resistirme a la maldad Gemo
Encima..esas piernas y todo lo demas..ainsssss
Me encanta niña...muaksssssssss
Divina-Wilson
..... Esa malvada seguro nos dará muchas satisfacciones...y cuando lleguen los ''castigos''..entonces ...nada yo también elijo esa ¡¡malvada''..siii
ResponderEliminarSeguirás en tu estilo y harás de esta Historia otra maravillosa y añadiría excitante ..
Celeste-negro.