Encuentros 19

Fue verla y toda mi determinación se fue al garete. Cómo puedo ser tan débil? Su sola presencia me desarma y por si fuera poco, enciende la luz para que pueda verla en toda su gloria. No se da cuenta de lo que produce en mi?

Yo que venía con la seguridad de que este sería nuestro ultimo encuentro y solo con ver sus ojos, con adivinar lo que ellos me están diciendo es suficiente para saber que esto no va a acabar hasta que ella no quiera, porque yo claudico, estoy rendida a sus pies, a su cuerpo y a esos ojos que a plena luz me queman lentamente.

- "No, solo prométeme que si esto....si esto llega hacerte daño, tu..."

- "Sush, no la apagues si no quieres y bésame." -Bésame, porque el daño ya está hecho y la cura y el daño lo impartes a partes iguales.

- Miranda. -Y eso es todo lo que necesitaba escuchar para acortar la distancia que me separa de sus labios.

Nuestras bocas se unen en un beso cargado de necesidad y deseo a partes iguales. Los labios chocan, las cabezas se ladean en dirección contraria a la otra y nuestras lenguas se tocan y se funden en medio de jadeos y respiraciones agitadas.

Las manos no quieren ser menos, la ansiedad y pasión es latente cuando en solo segundos nos quedamos desnudas y por primera vez nos vemos, reconocemos cada poro y cada recoveco recorrido tantas veces antes por nuestras manos y bocas.

Es hermosa, cada peca, cada curva, cada pedacito de piel brilla bajo la luz de la habitación y me roba el aliento.

Con toda la lentitud que mis ganas por ella pueden soportar, la tiendo en la cama sin dejar de mirarla, porque simplemente no puedo quitar mis ojos de ella, paseo mis dedos por toda su piel viendo como se eriza bajo el contacto y siento como si la estuviera tocando por primera vez.

Comienzo a regar su cuerpo de besos y mordiscos, llegando a sus pechos que son mi perdición, y mientras atrapo uno de sus oscuros y pequeños pezones entre mis labios no dejo de mirar su rostro contraerse por la excitación y no puedo creer que me haya perdido antes semejante espectáculo.

Sus ojos se cierran por momentos y muerde su labio inferior mientras yo hipnotizada por la escena muerdo el pecho que tengo en mi boca y aprieto el otro que tengo en la mano y los gemidos se hacen más altos y los sentidos se hacen más agudos para captar cada momento.

Sin dejar de mirarnos, así voy bajando por su cuerpo sin dejar de adorarlo en el recorrido y no puedo evitar dedicar un poco más de atención a ese lunar que tiene en la cadera justo encima de la pelvis, en bikini debe ser toda una tentación verlo.

Finalmente llego al lugar en el que me reclama con sus manos enterradas en mi pelo, empujándome a donde quiere que la beba. Y allí es a donde voy.

-"No cierres los ojos." Le ordeno mientras mi lengua ya desciende para encontrarme con sus labios empapados de deseo, me sumerjo en ella y no dejo de admirar como su rostro de contrae y como lucha para seguir mi orden mientras de su boca salen los sonidos más sensuales que le he escuchado jamás.

Es adictiva, su sabor almizclado es la cosa más adictiva que he probado en mi vida, por lo que mi boca baja a su centro para sumergir mi lengua dentro de ella y beber directamente la pasión líquida que riega para mi.  Siento como sus paredes se contraen a mi alrededor y como sus uñas se clavan en mi cuero cabelludo, provocando un dolor que me excita aún más.

Y así, sin dejar de beberla, sin dejarla de probarla, sin parar de mirarla distingo en cada gemido que está cerca, como sus paredes se estrechan alrededor de mi lengua y como su espalda se arquea sobre la cama.

-"Ábrelos Dani, quiero que me mires cuando te corras." Pido y ella concede y puedo ver el sudor perlando su frente, el esfuerzo sobrehumano que hace para mantenerlos abiertos, con sus pupilas totalmente quemadas.

Y llega el momento que me condenará, cuando todo se nubla, cuando sus gemidos son gritos, cuando su cuerpo se alza, y cuando su alma se funde en mi boca mientras sus ojos no dejan de mirarme.