Ratitos en el mar... (Afri y Ari)

El sol calentaba, como cualquier día de un agosto caluroso, la arena quemaba, calentada por esos
rayos que llevaban horas castigandola y el mar, el mar se mostraba en calma y de un azul que
incitaba al baño constante.

Caprichos de la naturaleza, a unos cincuenta metros de la orilla, se había formado un largo
montículo que permitía hacer pie y que el agua llegase al inicio de las costillas de cualquiera que
llegase hasta el.

Unos, en ese montículo, gritaban a su “gente” en la orilla haciéndose los heroicos por pisar pie
estando en el mar, otros fingían caminar sobre las aguas y otros....otros se dedicaban a darse
arrumacos, alejados de las miradas curiosas de mucho “maruja” aburrido de arena, agua y sol.

Así se encontraban ellas, las piernas de la mas baja rodeaban la cintura de la mas alta y ésta sin
esfuerzo por la ausencia de peso en el agua, la estrechaba contra su pecho.

El beso comenzó entre bromas, había sido un día de lo mas divertido y relajante. Ahora, lejos de
los amigos, disfrutaban de un momento de intimidad.

“¿Quieres en verdad pasar la noche aquí?”

“Uhm...están los chicos y no se, sería divertido”

“¿Divertido? Después tendrás miedo, ya me conozco yo tus divertimentos”

“Oh, calla y besame”

Fresquito, la unión de ambos pechos mojados, proporcionaba frescor a partes iguales y el beso
comenzó “mojado” y sonriente. Apenas un pique, ahora te beso, ahora te muerdo un poquito,
suéltame o te pellizco y en verdad lo hace, pellizca ligeramente uno de sus cachetes y la misma
mano que lo hace, se queda allí, disfrutando de la suavidad que el agua proporciona a la piel que
acaricia.

“Las manos van al pan”

Apostilla sonriendo colgándose de su cuello, para reclinarse y mojar su largo cabello.

“Y el pan las provoca”

Contesta mordiéndose los labios, al ver su pecho erecto por la posición que su dueña realiza y la
mece, alargando la imagen.

“Jajaja, deja de morderte porque no”

“Solo te miro”

“Tu nunca te conformas con el solo”

“Nos hemos quedado solas”

“Hasta que llegue alguien”

“Pues corre que el tiempo vuela”

“Afri, vuelve a ponerme el sujetador”

“No, mejor lo ato a mis braguitas. Uy si, ahora si que me muerdo”

“Jajaja, no lo hagas...uhm...”

Cesan las palabras, Africa es mas alta y es la que la sostiene en brazos, además, no es que Ariadna
a pesar de lo dicho ponga mucho obstáculos.

Sigue siendo mojado, pero ahora el beso no es un pique, ni una broma divertida, ahora sus
lenguas se enredan. Despacito, se retan, se pican, se enredan y se ahogan en boca ajena.

“Afri”- murmura a ojos cerrados colando las manos entre su mojado cabello y gime cuando su
culo ya no solo es acariciado.

“Solo miro”- insiste y la aleja de ella, sin desengancharse de sus ojos, así y entre las dos, retiran
las braguitas y rápido las enlaza con las propias.

“No las pierdas o te mato”- advierte a un paso de olvidarse de todo, uno de sus senos es atrapado
por una boca caliente, que parece ansiarlo.

“Sush”- ordena atrayendola de nuevo para atrapar sus labios.

Caliente, el beso con el que ahora se unen, es caliente, mojado y enredado. Ya no es un tentadero,
ahora aspira a mas y en la aspiración, comienzan a asfixiarse.

Pero las manos de ambas no se quedan atrás, y aunque las de Ariadna continúan buscando el
anclaje a ese otro cuerpo, conforme pueden acarician.

Cuestión de piel, las manos acarician su espalda y se sujetan a su cuello, mientras las de Afri, mas
libres recorren su culo e inician un viaje mas intimo.

“Uhm”- gime Ariadna, cuando por su culo es apretada a ella y su sexo, libre de prenda, impacta y
comienza un provocador roce con el vientre de Afri- “Siempre acabas liándome”

“No insistas, solo miro”

“Uhm.....Afri”- nuevo gemido al sentir sus dedos colarse desde atrás hasta su sexo y nuevo roce
provocado por ella misma contra su vientre.

Y la deja, deja que se roce de a poquito, mientras con los dedos tienta la entrada de su vagina.
Excitante mezcla la que halla allí, la esencia de Ari mezclada con el mar.

Un poquito mas, alarga la espera, incitando su entrada con círculos que hacen que Ariadna se
mueva contra ella.

Fácil, que fácil es olvidarse de donde estas y de quien te pueda ver. Pero los gemidos de Ariadna,
a pesar de ser deliciosos son muy sonoros y evidentes, por eso atrapa su boca, justo cuando con la
mano libre se cuela entre las dos.

“Afri”- gime su nombre, agarrándose fuerte a su cuello cuando sus dedos entran en ella.

Vaivén, vaivén del agua y de la propia Ariadna, dentro, muy dentro, fuera o casi y vuelta a
empezar.

Hasta que el gemido no puede ser callado por un beso, los ojos chirivitean, el cuerpo se contrae y
Ariadna, se deja caer en sus brazos.

“Eres....”

“Jajaja, te dije que solo miraba. Eres increíblemente hermosa cuando te vas entre mis dedos”

...by Gemo8