Nuevamente
en su gran jeep, con Faus conduciéndolo, tras unas cuantas visitas a
varios de los negocios adyacentes a Wilson S L y nuevamente mirando
por la ventanilla.
Pensando
en todo el tiempo ocupado entre negocios, acuerdos y tramas. Tanto,
que se empeña en recordar una tarde social, donde Wilson no sea el
protagonista y tiene que irse mucho tiempo atrás.
M:
Faus
Fa
¿Uhm?
M:
¿Cuál es la cafetería de moda?
Fa:
¿De moda?
M:
Si, ya sabes, donde mas gente acuda y que no sea mía.
Fa:
Hay una en la paralela a Tomilllo, ponen buen café y el ambiente es
muy agradable.
M:
Bien, te invito a un café en ese sitio.
Vuelta
a mirar por la ventanilla, mientras gira una y otra vez el sello
Wilson que porta en su dedo corazón y Faus, la observa de reojo
extrañado por la invitación.
Pero
el muchacho no es de callarse y aunque el sello Wilson que el porta,
mas pequeño y situado en su menique, no lo identifica como uno de
los mas allegados a “la señora”, él si se identifica como
allegado, por eso no calla y obedece sin mas.
Fa:
¿Tenemos algo que tratar ahí?
M:
Nada, solo quiero un café.
Fa:
En un local que no sea tuyo.
M:
Exacto.
Concluye
Macarena y ambos quedan en silencio unos segundos o quizás minutos,
el tiempo necesario para que Faus, pensando en el comportamiento
mostrado últimamente por su Jefa, se atreva a improvisar si esta en
lo correcto con ella o no.
Fa:
Ocurrirá lo mismo
M:
¿Por que?
De
pleno, Faus acierta y retiene la sonrisa que sus labios querían
mostrar, ahora mismo es Macarena Wilson y no “la señora” la que
esta conversando con él, pero le debe el mismo respeto y sea lo que
sea, lo que le este pasando a su jefa, quiere porque así le nace,
contar con su confianza.
Fa:
Porque todo el pueblo te conoce, eres “la señora” y lo eres para
bien y para mal.
M:
Este pueblo subsiste gracias a Wilson, podrían ser un poco mas
agradecidos.
Fa:
Cierto, pero implica estar bajo un yugo.
M:
Uhm.....si doy de comer tengo el derecho a decidir cuando y como se
come. Eso te hubiera contestado mi padre.
Fa:
Das...da....das... de comer porque antes has obtenido algo ha
cambiado. Eso no se lo hubiera contestado a tu padre.
M:
Ahí esta el punto, no me diferencian como lo haces tú.
Fa:
Nunca lo has querido- sentencia y traga saliva, puede que esa
conclusión este demás o puede que esa conclusión, ayude a su jefa.
M:
Cada uno llevamos nuestro propio yugo, el mio es un animal sin
entrañas que se hace llamar padre...mierda, de esto Faus
Fa:
Soy Faus y tu eres la mujer mas importante en mi vida, nos sacaste de
la misma basura y le diste a otra animal que se creía madre un final
mas digno de lo que fue toda su vida. Te jure lealtad y será hasta
mi muerte- es así como calma el ¿miedo? Que observa en su jefa y lo
hace, aparcando el jeep a metros del local.
M:
Jums, ¿dónde es?- pregunta mirando hacia ambos lados de la calle,
sin ver la cafetería.
Fa:
Mas adelante, mejor aparcar aquí.
M:
¿Cuánto es mas adelante?
Fa:
Apenas cincuenta metros, si Macarena quiere un café, debe aparcar
como el resto, o sea donde haya sitio, ¿no crees?
M:
Hay una línea Faus- murmura fastidiada, es muy cómodo dejar el coche
donde te da la gana, sin temer a una denuncia.
Fa:
Jejeje, lo se, pero ahora solo vamos a tomar un café como un par de
amigos cualquiera. Así que...- se calla y deshace el nudo de la
corbata que lleva, para luego retirarla- ¿Tu vas cómoda?
M:
Por supuesto
Fa:
No se, tan seria que vas
M:
Es como debo ir
Fa:
¿A tomar un café?
M:
¿Vas hacer que me arrepienta de esto?
No
lo hace, Faus solo sonríe y niega con la cabeza, desde luego
macarena Wilson nunca ha sobresalido por su humor y siempre, para
alguien que se dedica a lo que él, es mejor no jugar con fuego,
salvo cuando sea estrictamente necesario.
La
conversación entre ambos cesa y caminan así hasta el local, Faus
sin corbata ni americana y Macarena, en su habitual traje oscuro.
Pese a la advertencia, ha cedido, y el abrigo ha quedado legado en el
coche.
Una
vez entran en la cafetería ocurre lo mas previsible, por un momento
todos callan mirándolos parados en la puerta de entrada y al poco,
el silencio es sustituido por un ligero rumor, que corre de un lado a
otro del local.
M:
Uhms...- suspira fastidiada por la atención puesta en ella y se
obliga a no distinguir en esa gente, lo que su presencia ahí les
provoca.
Fa:
Vamos a la barra- rompe el hielo y camina con normalidad hacia la
barra, pero no lo hace dejando atrás a Macarena, gradúa los pasos
para que ella quede a la misma altura- Buenas tardes, yo querré un
capuccino, doble cacao, ¿Tu Maca?
M:
Expreso- contesta molesta por la mirada asombrada y ligeramente
temerosa del camarero.
-
Enseguida...eh...señora- anuncia nervioso por la presencia de “la
señora” en el local y se marcha para atenderlos, dudando si llamar
al dueño del local o no.
Fa:
Pues nada- se sienta en un taburete y se retira la goma que sujetaba
su coleta.
M:
Faus, estas en publico.
Fa:
Y me ha apetecido llevar el pelo suelto.
M:
Haber ido al aseo
Fa:
Jejeje, nop. Estoy cansado de currar, me voy a tomar un café con mi
jefa y puedo relajarme. Prueba tu, vamos.
M:
Te olvidas de la línea, esto es pura educación.
-
Sus cafés- los interrumpe el camarero y deja a la altura de cada
uno, el café solicitado. A continuación da un paso atrás,
dándoles tiempo a comprobar su bebida.
M: Largo- empuja el café hacia el camarero, pero la mano de Faus lo intercepta.
Fa: Un poquito mas corto, por favor- solicita al camarero y cuando este se va, mira a su jefa quien a su vez, lo mira con la ceja alzada- es pura educación.
M: Touche
Fa: Jejeje, bien ¿Te gusta el sitio?
M: Si, estoy por quedármelo- contesta seria aunque dentro de ella sonríe, ante la cara que Faus tras lo dicho pone.
Fa: Bro...bo...bro
M: Bromeo, si. Hace..hace mucho tiempo, éramos unos críos, fuimos con mi padre a la sierra, comimos en un restaurante y mientras él negociaba sus cosas, estuvimos jugando en una especie de columpio que tenían los hijos del dueño del restaurante. La estábamos pasando genial jugando con esos críos y cuando nos avisaron que mi padre quería que fuésemos, no lo hicimos por estar jugando. Al poco nos obligaron a acudir junto a él y Fran lloriqueando como estábamos los tres, al saber que lo habíamos enfadado, le dijo que nos había gustado el columpio y que por eso, habíamos tardado. No se lo compro Faus, ni le ofreció dinero ni trato alguno, dejo a esos niños sin columpio y al padre sin beneficio. Me lo quedo, esas fueron sus palabras y bastaron para que sus chicos entrasen al patio y le arrebatasen a los niños el columpio. Llore todo el camino de vuelta y mi castigo al llorar por unos desconocidos, fue jugar en ese columpio por horas. ¿Sabes lo peor? Lo coloco justo enfrente de mi ventana, para que lo viera nada mas despertar.
Fa: ¿Dónde esta el puto columpio?
M: Continua allí.
Fa: Pues es hora de retirarlo. Ahora, tú eres “la señora”
Dentro de todas las carencias y miserias humanas siempre hay un halo de esperanza de querer y poder cambiar.
ResponderEliminarBosquejos de recuerdos donde ese punto de inflexión y salida me lleva a pensar en una doble personalidad… La mafiosa Wilson y la Macarena Wilson lamentablemente para mi tan parecidas… ambas han crecido a la par pero también ambas han sido contaminadas por quien les dio la vida. Y es ahí cuando la inflexión gana la partida, y la autocompasión, los remordimientos, y las disculpas afloran para lograr ser más llevadera la vida.
Y es que desde mi punto de vista. Era mucho más fácil dejarse llevar por la maldad, por los arrebatos y por el domino familiar que ya persistía en sus genes y despues disculparlos que mantener propiamente firmes y ecuánime el equilibrio, los valores y las prioridades que todo hijo de asesino tiene al no seguir los pasos de progenitor.
Me fascina la manera tan diestra y pulcra de la narrativa y nunca dejara de asombrarme la diversidad que tienes para que cada cual pueda interpretar y sentir la historia como quiere. Muchas gracias gemo.
Cari.
Te cito Cari:
ResponderEliminar..."Me fascina la manera tan diestra y pulcra de la narrativa y nunca dejara de asombrarme la diversidad que tienes para que cada cual pueda interpretar y sentir la historia como quiere..."...
Me sumo a éstas palabras!... Yo no podría decirlo mejor!... Muchas gracias gemo...
LARA.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarparece que la manera más dura Maca intenta entrar en el mundo de la "gente común" , creo tarea humanamente imposible teniendo en cuenta su histórico familiar.
ResponderEliminarbeijos
Bienvenida al otro lado de la vida Maca...
ResponderEliminarBesos y gracias