jueves, 7 de febrero de 2013

Wilson S.L. 7


Adriana...

Parada frente a ella, que duerme despreocupada, Anna piensa en como retomar el rumbo, el mismo que ambas han perdido. Sin querer que su presencia o el vacío dejado en esa falsa cama matrimonial, la despierte, escribe rápido una nota en su agenda y una vez acabada la coloca debajo del despertador que programa para que despierte a Maca.

Nota, que Maca lee horas más tarde cuando el despertador cumple su misión y que dice; “Adri sale mas temprano hoy del Colegio y me dijo que le prometiste hacer algo “vuestro”, por eso te deje puesto el despertador. Almorzaré fuera y esta noche vuelo hacia Madrid, pocos días pero no puedo concretarte cuantos. Si vas a cumplir tu palabra y pasar el día con ella, trata de calmar tus “ansias”, sabes que es una niña muy avispada y no quiero que crezca rodeada de “eso”. Anna.”

M: De puta madre- protesta tras leer la nota y enfadándose mas por el viaje a Madrid, que por lo que dice la nota, la rompe en añicos.

Poco tiempo más tarde, su enfado se esfuma y el buen humor la llena por completo, hecho que últimamente solo ocurre en momentos como el que vive en este preciso instante, escuchando a su hija, sentada en el asiento trasero de su gran jeep.

Ad: Esas cepas, las sembraste tú mami, me lo dijo el abuelo.

M: Jajaja, si, ahí quería ser vinicultora como los abuelos.

Ad: ¿Cuantas cosas has querido ser mami?

M: Muchas, ¿cuantas quieres ser tú?

Ad: Jejeje, eso no vale mami, yo pregunté primero. ¿Cual fue la que mas?

M: Ser tu madre. Presta atención a las tierras que se ven al fondo.

Ad: ¿Por qué?

M: Anoche las comprastes.

Ad: Mami yo anoche

M: Jajaja ¿dormías? Pues te levantaste siendo la dueña de una ganadería, ¿no decías que tenías nombre para tú ganadería?

Ad: Oh...tengo el diseño hecho para el hierro de las reses, una uve doble con una pe superpuesta y de ambas letras cuelgan los símbolos que se usan para el sexo femenino en los aseos públicos.

M: Cariño esos símbolos se usan para indicar el sexo, desde hace muchísimos años, no solo para indicar el aseo.

Ad: Ah, yo es que lo veo ahí siempre.

M: ¿Por que el femenino?

Ad: Tengo dos mamis y no me importa gritarlo. Que les den a quien no lo acepte.

M: Adri, no se habla así.

Ad: Estoy harta de que siempre estén hablando de vosotras, cuando no saben nada, yo si se que os queréis, digan lo que quieran decir.

Avergonzada, es como la deja su hija ante sus palabras dichas, ¿como es posible que su hija vea lo que ella ha tardado años en ver? Años, donde Anna no ha sido mas que un negocio necesario para que las propiedades que su madre y padre obtuvieron, queden en manos de su hija, que en realidad también es su sobrina sanguínea.

El resto del camino, el silencio es el gran protagonista, no tiene el valor para secundar a su hija y mostrarse orgullosa ante ella, pero los niños siempre lo ponen fácil y en cuanto ambas se bajan del jeep para abrir la gran cancela de la finca adquirida para su hija, la niña corre feliz por la finca, su sueño desde hace apenas pocos años.

M: Hay barro, no te manches

Ad: O mama se enfadará- secunda la frase, saltando sobre un charco- es nuestra, tenemos ganadería Mami.

M: Jajaja, apenas hay unas cuantas vacas y un par de toros.

Ad: Da igual, pronto muy pronto, nuestra ganadería estará en las mejores plazas de España.

M: ¿Y el vino?

Ad: En las botas del público, mami. Soy Wilson Paredes, todo el mundo conocerá mis bravos toros y mis exquisitos vinos.

M: Jajaja, hay mucho trabajo por hacer.

Ad: Sip, empecemos por las cuadras.

M: Vamos allá.

Y mientras ellas, revisan palmo a palmo la finca generando mil sueños a cada pisada sobre ella, la madre biológica de Adriana, come junto a su hermana en un lujoso restaurante, apartadas del resto de comensales por orden de Anna.

- ¿Como van las bodegas?- pregunta rompiendo el silencio, ese que no soporta y que le demuestra, que su hermana no la ha citado ahí solo para comer con ella.

An: Bien- contesta concentrada en la cata del restaurante, pero sin perder detalle de las pequeñas muestras de nerviosismo de su hermana, por eso con el menú decidido, deja la carta sobre la mesa y sabiendo que en nada llegara el camarero, va directa al grano- Quiero una explicación, una mínima que me haga entenderte aunque sea solo un poquito- pide aunque realidad es una exigencia y su hermana lo sabe.

- Ani yo...yo, te lo he dicho muchísimas veces, no me gustan los vinos, no me atraen, no me siento vinculada a ellos como tú, ¿tan difícil es de entender?

An: Aja, pero las bodegas no son solo vinos. Te he ofrecido muchos mas caminos que el tratamiento de la vid o el vino.

- Eh..bueno....de hecho estoy...he...he comenzado con la distribución con Maca- tartamudea al lanzarse a decir la verdad ante su hermana, dando por hecho que su hermana ya conoce esa novedad.

An: ¿Me tomas el pelo?

- No, solo es que

An;: Es nada, no me hagas reír, no estás con Maca para eso y no me hagas elevar la voz aquí.

- Solo te jode que trabaje con ella y no contigo.

An: ¿Que?

- Yo no los odio, mama era lo que era y fue normal que en algunos momentos ellos se sintieran contrariados con su presencia.

An: ¿Y nuestras bodegas?

- Sencillo, mala gestión de papa y ellos se aprovecharon, punto. Tu ahora haces lo mismo con otras y al fin y al cabo, lo que fue nuestro ahora es de mi sobrina, ¿cual es el drama?

An: El drama es que trabajas en

- ¿Decidieron señoras?- interrumpe el camarero y ambas se callan, retándose con la mirada.

- Yo si, mejor comemos otro día, hermana.

An: Estefanía- la nombra exigiendo que vuelva a sentarse.

Es: En verdad no tengo hambre y ya has decidido, que no te gusta lo que hago, ¿para que alargarlo?















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