Fin de semana

Si, llego el esperado fin de semana y no, no toca montañita ni familia, toca casita. Esa que a veces ni reconozco por el poco tiempo que paso en ella, pueden cambiarme el jarrón de sitio varias veces en el mismo día, que ni cuenta me daré de tal hecho y menos, de cual fue su primera ubicación, pero por suerte,  no tenemos jarrones jejeje.



Pero si, oficialmente el fin de semana empezó ayer a las catorce horas "p.m", que dado el caso no solo indican el mediodía sino que también pueden indicar su otro significado, de p...madre.
Pues bien, nada mas comer toco paseito, cafelito frente al mar y la excavadora super ruidosa que sacaba arena del fondo del mar.

Que paranoia ¿no?, para que luego digan que no es fácil crear empleo, pues lo es, o por lo menos a la naturaleza, le resulta fácil ofrecérnoslo.
Porque fijaros; la excavadora sacaba arena el fondo del mar, arena que en cuanto vuelva a correr el viento a lo bestia, volverá a introducirse en el fondo del mar, en el fondo mar vive narana narana...ehm...pues eso. Que penita, que no sepamos sacarle mas provecho a la naturaleza y nos dediquemos solo a anularla, ays.

Pero ese no fue el hecho más importante del comienzo del fin de semana, cuando el sol ya se había ocultado y regresábamos por la orilla del mar, sin correr riesgo de llevarnos una multaca porque la pobre Xena moje sus pezuñas en el agua, oímos a lo lejos música de esta bonita jejeje, era clásica, bueno eso dijo la almi y en fin, tocó que le hiciera la típica broma de ofrecerle bailar, a lo que ella negó con la cabeza en plan "ni lo sueñes", lo que no sabe ni vosotr@s le diréis, es que no hubiera bailado ahí, bueno si ella hubiese insistido..ehm....

Lo importante, lo verdaderamente importante, es que cuando decidimos salir de la playita y retomar el paseo marítimo, la música se oía más cerca y ambas; primero lo flipamos, después sonreímos bobas y así continuamos hasta casa.

Porque la música, provenía de una pequeña radio de dos abueletes, que sentados frente al mar con la luna destelleando sobre el agua y Xena intentando cazar los destellos, los abuelos se abrazaban, cuchicheandose palabrillas de amor, ¿no es para sonreír?
Seguramente, serán una pareja recientemente encontrada o quizás lleven toda una vida juntos, pero me gustó pensar, que a esa edad; quiero seguir pidiéndole bailar cuando escuche una melodía... ays.