Wilson S.L. 93

Con la niña en la habitación, el teléfono sin dejar de sonar, unido a la entrada de Estefania, hizo que ni Maca ni Anna, pudieran decirse más de lo que el beso había dicho por si mismo.

A Anna le tocó con Estefa lo mismo que minutos antes con Maca, convencerla de que no necesitaba a nadie con ella esa noche.

Creyéndolas convencidas, casi las echó de la habitación y disfruto a solas, de la emoción de un beso cargado de mucho.

Fuera de la habitación y sin Anna, Maca no podía contestar a otra nueva llamada. Adriana a esas alturas dormía en sus brazos, y ella se limitaba a presenciar la discusión que se estaba dando entre Estefa y Martha.

Mr: Si tiene pesadillas y busca a su madre, puede extrañarse al verse sola conmigo.

Es: Pues yo no puedo estar en dos sitios.

Mr: Es que sólo debes estar en uno. Que es en la casa con la niña.

Es: Claro, niña con niña se entienden, ¿no?

Mr: Maca dile tú algo, que a mi esta claro que no quiere entenderme.

La petición de Martha, Maca no la puede contestar al momento. Lo más lógico son los planes de Martha, quedarse ella con Anna y que Estefa se vaya con la niña. Pero Maca como Estefa, conocen la poca simpatía que Martha despierta en Anna.

To: Tengo localizada a la tía. Es una enfermera de planta.

La interrupción de Toncho, deja a todas calladas, dos de ellas no entienden nada y una sonríe victoriosa.

M: Yo no me voy a gusto dejando a Anna sola y Martha tiene razón. Si Adriana despierta se puede asustar. Y de todas maneras, si mi padre se estabiliza volveré al Hospital.

Mr: Solucionado entonces.

Es: Eah

Mr: Jajajaja

Es: Ella se ríe. No sabemos de que, pero se ríe.

Mr: Tengo la razón. Cuando quieras me la das.

Es: ¿No era que no me hablabas?

Mr: Yo te hablo siempre, cariño. Otra cosa es que tú me escuches.

Fau: Auch, golpe directo.

To: Lo que yo te diga. Demasie pa ti.

Con la noche repartida Maca llevó a Adriana al coche que llevaría a Estefa y a la propia niña a la antigua casa Paredes. Y antes de marcharse ella a la Mansión Wilson, regreso a la planta donde Anna estaba ingresada. Toncho le indicó la sala donde médicos y enfermeras descansaban en los tiempos muertos y ella entró, dejando en la puerta a Toncho.

La sorpresa de la enfermera fue nítida para Macarena, quien se limitó a mantenerle la mirada.

- ¿Necesita algo?- sorprendida pero no vencida, a la enfermera le sobraba arrojo, para hacerle frente a Macarena Wilson.

M: ¿Esto es tuyo?- pregunto enseñando la nota, hallada en la mesilla de Anna.

- Si

M: Correcto. Tengo dos noticias para ti. Una buena y una mala, ¿cual quieres primero?

- No me intimidas nada.

M: La mala- hace una pausa, rompiendo la nota- empezaré por ella. En las horas que le queden a mi mujer aquí, no rondaras ni el pasillo donde está su habitación. ¿Quieres la buena?

- Pasó de ti, ¿no lo ves?

M: La buena es que no tengo tiempo para ocuparme de ti. Si no, no sonreirías como una estúpida. Ahora que te miro bien, jajaja. Perdóname, pero estoy en esa fase previa a, y celo hasta el aire que la pueda tocar. Esta claro que la situación me hizo exagerar. No eres más que una trepa y eso es algo que mi mujer huele de lejos.

- Di muchas veces mi mujer, a ver si así puedes creértelo.

M: Insisto, que suerte has tenido. Pero cuidado, un solo descuido y te borro la estúpida sonrisa de una.

Fue lo último dicho por Maca antes de marcharse. Las ganas de abofetear a la insolente enfermera no le faltaban, pero las de no perder su tiempo con ella tampoco. De vuelta al pasillo y con Toncho esperando órdenes, sonrió sintiendo de nuevo unas curiosas mariposas en el estómago.

M: Me ponen nerviosa y a la vez me gustan.

To: ¿El que?

M: La tonta sensación que siento cuando pienso en Anna. Las mariposas esas de las que hablan.

To: Ah...mariconadas. Llevas tres meses sin tu mujer, bastante estas aguantando.

M: Jajajaja, baja la voz joder. Si te oye mis adelantos se van a la mierda.

To: Jajaja las estas pasando canutas. Yo soy testigo, más no puedes hacer.

M: En fin...voy a decirle adiós y nos vamos.

To: Hecho

Macarena decide volver a despedirse de Anna. Y Anna en esos momentos abre los ojos más allá que sorprendida, al ver a Martha entrar en su habitación, café y revistas en mano, y tomar asiento en la pequeña butaca que hay.

An: No me lo puedo creer.

Mr: Yo tampoco. Ni sentirás mi presencia. Yo leo y tú descansas. No hay necesidad de más.

An: Uhm

Anna no se muestra muy convencida, Martha es la persona con la que menos pensaba podría pasar la noche en ese Hospital.

M: Ahora si me voy

La llegada de Maca provoca que ambas la miren y ella se quede parada. Olvidó, que la mezcla de esas dos mujeres es peligrosa para ella misma.

An: Ya pensé que estarías allí.

M: Me entretuve.

Mr: ¿Todo bien?- pregunta Martha guiñandole un ojo a Maca y retiene la carcajada que el gesto de Anna le produce.

M: Si

An: Pues nada. Vete ya- para Anna que esa mujer se interese tanto por su mujer, le sigue revolviendo el estómago. Aunque alguien como ella, nunca lo reconocerá. Y si esa mujer le revuelve el estómago, sus palabras son lanzadas no de muy buena forma. Y si eso ocurre, Macarena reacciona a su forma.

M: Quería darte un beso, joder.

An: Estas ahí parada, ¿que se yo?

Una simple tontería las enciende al momento y Martha lo presencia, sin asombrarse.

Mr: Si es que sois tal para cuál.

An: ¿Perdona?

M: A ver

Mr: Jajajaja

M: Martha joder

An: Con el joder en la boca siempre. Luego me cuesta castigar a Adriana. Bésame de una vez y vete.

M: Mira que formas de pedírmelo.

An: ¿No venías a eso?

Mr: Estas aquí para descansar y no alterarte. Yo, sólo os lo recuerdo a las dos.

Para cuando Martha deja decirlo y de leer la revista, las dos malos genios ya se están besando y Martha no puede más que negar con la cabeza.

M: Si no es esta noche, vuelvo.

An: Si

Nuevo beso, este sonriendo y cuando Maca se marcha, Anna observa por unos momentos a la rubia mujer, que lee abstraída.

An: Quiero recuperar Wilson S L

Mr: ¿Que? ¿Estas loca?

An: No, realmente quiero hacerlo.

Mr: Sólo espero que entiendas, que si haces eso, Estefa es cosa mía.

An: Perdona bonita. Es mi hermana pequeña, si de alguien es cosita Estefa, es mía. ¿Cuento contigo?