jueves, 7 de marzo de 2013

Wilson S.L. 29


Yo soy yo y mis circunstancias, no andaba muy equivocado el dueño de ésta frase. ¿Pero cuantas circunstancias abarca una vida? ¿Solo las propias? No, hay otras ajenas que gozan del privilegio de convertirte en victima o verdugo, sin que tu seas consciente. Puedes decidir tener sexo con quien en verdad quieres y romperte una y mil veces mas, pero lo harás voluntariamente, aceptando el golpe.

Unos minutos de placer y bang, golpe en cuanto te despiertes tras otra noche de pasión y ella vuelva a su mundo. Ese donde se habla de droga como de yogures, ese donde mantiene una puta, ese donde mantiene una relación de la que poco quieres saber con otra, ese donde todo funciona en base al poder y falso respeto entre bandas, ese donde tu misma puedes ser un objetivo fácil. Pero esas son tus circunstancias y una quizá estúpida venganza y un inconsciente deseo de mantenerte unida a ella, te mantienen a su vez, atada a ellas. Tus circunstancias.

Pero las ajenas son incontrolables, en la mayoría de las ocasiones, porque hasta las desconoces. Y lo curioso es, que siguen siendo tus circunstancias. Las mismas que te rodean y marcan tu destino.

Lo esperaba, Francisco padre, esperaba a su hijo sentado en un sofá individual del salón, copa de vino en la pequeña mesa de su derecha, bastón entre sus piernas y barbilla apoyada en el puño con insignia Wilson del mismo.

Y lo hacía, haciendo chocar el sello con la misma insignia Wilson que lucia en su dedo menique derecho contra el bastón.

El choque constante del sello contra el bastón, en la soledad y quietud de la noche resonaba por el salón y se dejaba sentir hasta en el recibidor.

Ro: Espera- nada mas entrar a la casa, pide a su mujer Pilar que espere y agudiza el oído estremeciéndose al distinguir perfectamente el sonido- Se....será mejor que subas directa a la habitación.

Pi: ¿Y eso?

Ro: Mi padre me espera- traga el nudo en la garganta que se le forma, por el temor que empieza a invadirle y trata de que su mujer suba a la habitación sin mas preguntas- enseguida subiré.

Pi: Pero- extrañada acaricia el rostro de su marido y los ojos de este la calman- esta bien, te espero arriba. Disculpame con él.

Ro: Si, descuida- suspira soltando todo el aire que retienen sus pulmones viéndola marchar y espera unos minutos ahí parado, para que le de tiempo a llegar a su habitación- Joder- y protesta apretando puños, esperando cualquier cosa. Pero sabe que no puede demorarse más, su padre ya debe saber, por los tacones resonando por la tarima de Pilar, que están en casa. Todavía con los puños apretados avanza y cada pasa que da camino al salón, no solo el sonido llega mas nítido y fuerte, el latir de su corazón comienza a ensordecerlo y hace una pausa, intentando no huir presa del pánico- Padre- avisa de su presencia en el salón y no puede evitar que su voz salga temblorosa, al ver como su padre deja de golpear el sello contra el bastón y lo mira de frente. Dispuesto a mostrarle sus respetos bajando la cabeza para que su padre bese su frente, avanza hacia él y cuando llega a su altura, los labios le tiemblan, no sabe que será pero si sabe lo que viene, por ello aprieta mas sus puños mientras baja la cabeza- Padre- suplica con la cabeza gacha y aprieta las mandíbulas mirando al suelo, cuando ve el movimiento del bastón. Movimiento que prosigue y que propicia que el puño del bastón le acabe golpeando el mentón en un golpe seco que le hace llorar al instante.

Fr: ¿Así demuestras respeto a tu hermana?- tras infringir el golpe, se incorpora del sofá y señalando el suelo obliga a su hijo a no mirarlo.

Ro: Yo...yo....no se a que se refiere, Padre.....uhm- nuevo golpe recibido, esta vez en las piernas que lo hacen tambalearse y pese al dolor, buscar rápido volver a erguirse frente a su padre sin mirarlo a los ojos.

Fr: Te he consentido demasiado, a sabiendas de que eras el pequeño y podías almacenar mucha envidia respecto a tus hermanos mayores. Pero hoy, se ha terminado y a la próxima no serán unos golpes, será algo mucho peor. No se te ocurra mirarme Roberto.

Ro: Es solo una puta- trata de defenderse erróneamente y un nuevo golpe que le hace caer al suelo se lo demuestra- Padre- gimotea incorporándose.

Fr: No es una puta- se gira no queriendo ver a su sangre gimoteando como un niño y avanza hacia la ventana mientras prosigue- es la puta de tu hermana. La señora de todo esto, aquella a la que debes ofrecerle el mismo respeto que a mi. Y debes de hacerlo por derecho, se lo ganó en Colombia, se lo ganó demostrando respeto a Francisco cuando cedió a Anna, se lo ganó cuando tu hermano falleció cobijando a su mujer y a la niña, cuidando así la sangre Wilson y se lo ha ganado manteniendo Wilson S L. Y tu te dedicas a ofrecerle tus respetos, acostándote con su puta y tonteando con su mujer.

Ro: Ella hizo lo mismo en Colombia y tu no- calla al ver girarse a su padre bastón en mano- lo siento- baja la cabeza, temiendo un nuevo golpe.

Fr: ¿Colombia? ¿Todo esto es por Colombia? ¿A quien le faltaron los cojones en Colombia?

Ro: A mi, Padre.

Fr: ¿Entonces?

Ro: Perdí

Fr: Y ella ganó y con ella esa tal- hace una pausa recordando el nombre de aquella mujer- Martha

Ro: Martha- repite murmurando sin levantar la cabeza.

Fr: Me importan dos cojones sus putas, pero Anna es intocable. ¿Acaso crees que no soy un hombre? ¿Crees que eres el único que siente deseo por ella? Pero es la mujer de Macarena Wilson y como tal se la respeta. Te quiero lejos de tu hermana un tiempo y por dios Roberto, no me desobedezcas o no me temblara la mano...... Y ahora retirate, lloras como cuando eras niño.

Ro: Gracias, Padre.

Acongojado, dolido y lleno de odio, sale del salón erguido pese al dolor y las lágrimas, pero al alcanzar las escaleras, las sube rápido y rápido llega a su habitación. Donde sin importarle la sorpresa de su mujer al verlo llegar así, se introduce en el baño, donde se desnuda arrancándose el traje y maldiciendo, entra en la ducha.

P: Rober- asustada va tras él y lo halla en la ducha, temblando y con la frente apoyada en los azulejos

Ro: Me las pagara, te juro que me las pagara todas.

Yo soy yo y mis circunstancias, ésta noche dos duchas son sus circunstancias, en una desconoce lo que está ocurriendo y en la suya....

An: Esto siempre te ha gustado

M: Mm...Anna, dejame tocarte.

An: Oh no, todavía no.
 
 

5 comentarios:

  1. ::: Uff Roberto me parece que es una bomba de tiempo... las constantes humillaciones, los maltratos y demás que sufre a cargo de su padre, no creo que vaya a terminar en nada bueno... algo lo hará detonar... y quizá tocará más allá de lo que debe,,, y el padre… uff aún no puedo comprender como alguien que te ha dado la vida, te la quita a pedazos…

    Uff y en realidad, me sigue sorprendiendo la historia… aún no se sabe del todo pero creo que todo comenzó o al menos lo medular, en Colombia… cualquier cosa que allá pasado es el centro de esto, al menos eso creo...

    Difícil situación para cada uno... ya veremos cómo continua…

    Gracias escritora, impresionante como siempre!!!

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  2. Envolvente, intrigante…cada uno de los personajes tienen esencial importancia el la historia…y todo esta inevitablemente ligado al pasado que persigue a todos y ninguno puede deshacer de él…

    beijos

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  3. ¡¡ Dioses¡¡Como me gusta tu estilo al escribir...
    Como me gusta..Tienes un estilazo impresionante..
    Y el trocito..durisimo..Y ese padre despiadado y cruel..¿ Como queremos que Macarena saliera indemne de ese monstruo de padre?..si a sus propios hijos los trata como perros...Un autentico monstruo..Despreciable..

    Eres genial Gemo...Lo mas....
    Divina-Wilson

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  4. a sus pies artisstazaaaaaa!!!!!!!!
    Qué facil haces lo dificil, JODER!!!!!!!!


    GRACIAS

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  5. ........ esas circunstancias....esas mismas son las que pueden hacer de nuestra vida...un paraiso o un infierno...Maca con ese padre...quizas poco pudo decidir...o si??...el miedo u otras causas pueden salir a nuestro encuentro.

    ..... Una vez más estoy de acuerdo con Divina...tu forma de escribir...de hacernos sentir...es increible Escritora...

    ...... GRACIAS....por darnos ¡¡tanto¡¡...

    Celeste

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