Anna....
Devastador,
es la palabra con la que si pudiese detener el tiempo y examinar los
actos que se están sucediendo entre ellas, definiría toda la
situación.
Las
primeras caricias que regala al cuerpo de piel moreno como la canela,
no son ningún regalo, son el resultado del mas primario instinto de
posesión. La fuerte bofetada que recibe a cambio de tal posesión,
no la paralizan ni la detienen, lo que provocan es que la sangre le
hierva mas y no sea capaz de hacerle caso a su corazón, ese que
entre bombeos incesantes parece gritarle, “no le des lo que espera”
“no le des lo de siempre”
Por
eso sujeta mas fuerte sus manos, asegurándose que no pueda
propinarle otra bofetada y su boca ávida del sabor conocido de esa
piel, busca rápido saciarse bebiendo de su cuello.
M:
Agh...- pero debe dejar de saciar su sed, al recibir un mordisco en
su mejilla y desde ya sabe, que mañana la tendrá que maquillar con
esmero.
-
Suéltame o empezare a gritar- advierte con ambos rostros
enfrentados.M: En esta casa, nadie se inmiscuye en un matrimonio y mucho menos en el mío.
- Ve a por la puta a la que hueles, apestas a ella- escupe envalentonada, al distinguir un destello de duda en su adversaria.
M: ¿Te jode? ¿Eh? ¿Te jode que haya estado con ella?
- Jajaja, no me hagas reír y muy bien, venga- hace una pausa consiguiendo soltarse y tras empujarla, se quita el vestido de un solo gesto, sin ser consciente de que manera empieza a entrar en el peligroso juego de la posesión- quieres follarme hazlo, pero preparate para las consecuencias.
M: A mi me hacen reír las consecuencias- vuelve aprisionarla, con el deseo totalmente descontrolado, ante la visión de ese cuerpo en ropa interior- no sabes como me jode- apoya la frente en su mentón “devastada” ante todo lo que en milésimas de segundo está sintiendo. Pero algo dentro de ella, la anima a no venirse abajo, pese a que es muy consciente de como su mujer mantiene el cuerpo inerte para ella.
Y lo hace, mantiene su cuerpo inerte, pese al deseo que aún regañándose por sentirlo, se cuela en cada fibra de su cuerpo, lo hace pese a disfrutar del cuerpo vencido pero que aún lucha pegado a ella, lo hace pese a cerrar los ojos ante el placer que le proporciona, la boca de su mujer, esa que comienza a dejar besos ahora menos fieros y que buscan un punto muy especifico, su lunar. Ese que luce orgulloso, sensual y retante a pocos milímetros de la boca.
- Maca- suplica sabiéndose vencida, pero no es dejarse vencer y justo cuando su lunar es castigado con un mordisco, decide tomar las riendas antes de que la situación se torne, menos enfurecida y mas..mas- hazlo de una vez- agarra su rostro con determinación y atrapa sus labios, besándola con todo el deseo que es capaz de sentir- follame
M: Ani- pronuncia como puede uniéndose al beso.
Y no necesitan mas, para que Anna arranque casi literalmente su americana, corriendo la misma suerte que su camisa y pantalón. Con el desabrochado, la guía sin separarse de ella, hasta la mesa, donde cenasen su hermano y padre, mientras retira el sujetador, que le impedía degustar su pecho sin telas de por medio.
Con Anna sentada en la mesa y ella, entre sus piernas, las caricias, besos, mordiscos y demás, se intensifican, hasta que la mesa va despejándose de platos, copas y servilletas, para que ambas desnudas y sin despegarse, suban a ella, culminando en un orgasmo, que deja a Anna bajo Maca, tapándose el rostro con ambas manos y a Maca, con la frente apoyada en su pecho.
An:
Quitate de encima- pide en extrema seriedad, todavía con el rostro
tapado y no puede evitar sobresaltarse, cuando Maca, pega un puñetazo
en la mesa antes de retirarse de encima de ella.
Sin
querer saber mas, baja rápido de la mesa y busca su ropa
desperdigada por el suelo y verla aún bocabajo en la mesa, le hace
querer huir de ese salón, por eso se tapa lo justo con el vestido y
sale, sin mirar atrás.
Mr:
Señora
Tropieza
al salir con la ama de llaves y ni se molesta en explicar nada, solo
señala con su cabeza el salón y sube rápido las escaleras que
llevan al ala de donde están las habitaciones del matrimonio Wilson
Paredes.
Mr:
Dios mio, iba en cueros, ay dios, que sea mi niña la que está en el
salón o me muero de cuatro jamacucos seguidos- murmura caminando
directa hacia al salón y tras abrir la puerta con sigilo, suspira
negando con la cabeza, al ver a Macarena de espaldas a ella, en solo
camisa y con las manos en la cabeza- Maca, cariño.
M:
Recoge esto, antes de que nadie pueda verlo.
Mr:
Sabes que yo....que yo siempre callo y que ademas aprecio a Anna,
pero esto niña, esto se os esta yendo de las manos, ¿no sería
mejor
M:
Ahora no, por favor.
Horas
más tarde, el “Satanás” cierra sus puertas y por primera vez,
es ella la que acompaña a las chicas al edificio donde están sus
habitaciones y regresa al local, a la espera de que Miriam y Martha,
terminen de cerrar la noche.
De curiosidad innata como es, espera sentada a unos metros de ambas, desde donde observa cada gesto de las dos mujeres. Ambas de gran belleza, pero la exaltación de cuerpo que realiza la pelirroja, la colocan en segundo lugar para ella, quien sin duda prefiere la belleza mucho más natural de Martha. Ranking que le provoca una risa floja, al darse cuenta de lo diferente en gustos que es ella respecto a Macarena.
Desde su asiento ve, como es Martha la que cierra la caja y Miriam, quien se lleva el dinero hacia la planta de arriba, dando por acabada su noche, sin tan siquiera haberla mirado una vez.
Cuando aprecia, que Miriam ya está arriba se incorpora y acude a la barra, donde Martha recoge sus cosas, dispuesta a marcharse.
- ¿Ninguna empresa de seguridad se encarga de llevar el dinero al banco?- pregunta sentándose en uno de los taburetes de la barra y provoca que Martha la escudriñe con la mirada- ¿Qué?
Mt: No estás preparada- concluye tras su examen- tu curiosidad ya avisa de ello.
- Jejeje, te equivocas.
Mt: ¿Me equivoco?- pregunta tras dejar su bolso y apoyar ambos codos en la barra- veamos, paso por alto que eres bajita y demasiado delgada para ser guardaespaldas de nadie
- Somos socios, no guardaespaldas- interrumpe, pero no lo hace ofendida y una pequeña duda, nace en ella.
Mt: Jajaja ¿eso crees?
- Como sea- eleva sus hombros no dándole importancia- mi altura y complexión pueden engañar.
Mt: Aja y… ¿Qué opina tu hermana de que seas socia de Maca?- pregunta dejándose llevar por la simpatía que le transmite el rostro aniñado de la morena.
- Pues- mueve los ojos inquieta, que ese es un tema muy delicado- pues, no lo sabe aun- confiesa que ambas queden en silencio y el rubor que cubre sus mejillas de inmediato, hace sonreír a Martha.
Mt: Tenia entendido que en Madrid, estudiaste algo relacionado con el vino.
- Hice biología y lo siguiente era xxxx, pero- baja la voz tímida, cual cría que no quiere ser descubierta- no me gusta, Martha.
Mt: Jajaja, ¿será esa tu excusa ante tu hermana?
- Uh…en cuanto lo sepa, dictará sentencia sin oírme, ella es así y ojo, así la quiero.
Mt: Apenas la conozco de vista, no se que decirte.
- No digas nada- sonríe encogiéndose de hombros y sin quererlo, se queda quieta admirando los marrones ojos de Martha.
Mt: Hora de ir a casa- rompe el contacto visual y recoge su bolso saliendo detrás de la barra.
- Eh si, claro- se incorpora siguiéndola- ¿Con las demás chicas?
Mt: No, yo tengo casita en el pueblo.
- ¿Y Miriam?
Mt: Deberías saber que ella vive aquí- niega con la cabeza divertida.
- Si lo se, lo que pasa que
To: He venido a enseñarte una cosita Est- interrumpe entrando Toncho y se interrumpe al topar con Martha.
- ¿Aun trabajando Toncho?
To: Por ti, estoy muy bien acostumbrado a llevarte a casa- contesta galán y obtiene una hermosa sonrisa de Martha y seriedad repentina en el rostro de su compañera- ¿Qué te pasa?- le pregunta al darse cuenta.
- Soy perfectamente capaz de cuidar de ellas- se defiende, saliendo por delante de ambos.
Mt:
Tiene genio, la pequeñaja.
esther no sera esta.
ResponderEliminar- Soy perfectamente capaz de cuidar de ellas- se defiende, saliendo por delante de ambos.
Ya lo creo que sera.......
ResponderEliminarme fascina ésta historia
ResponderEliminarGRACIAS ARTISSTAZA