miércoles, 31 de diciembre de 2014

Bajo tu muérdago 5


Para cuando Mamen bajó al salón, los huéspedes merodeaban por él bien comentando su decoración o entre divertidas conversaciones y algunos de ellos, parados frente a la chimenea, disfrutaban de la calor que propiciaba y ese olor especial a Hogar. Viéndolos ahí, ilusionados algunos y expectantes otros, Mamen cerró los ojos queriendo empaparse de la ilusión única de la última noche del año. Sin duda, era el mayor logro conseguido para esa noche, que en el salón se respirase el delicioso aroma a Navidad. Claramente influenciada por sus recuerdos, el enorme salón de sus abuelos estaba presidido por una chimenea similar, donde dos grandes leños se consumían creando un ambiente acogedor. Tan fácil para Mamen recordar a alguno de sus Tíos acercarse a la chimenea para atizar el fuego y pedirle al abuelo que cantase alguno de los villancicos antiguos, mientras se terminaba de servir la cena.
De momento nadie cantaba en su salón, pero pudo leer en las caras de todos, que el ambiente estaba conseguido y que las ganas de pasarla bien, estaban activadas. Pero todo no podía ser dicha e inconsciente buscó por el salón a la dueña por derecho de sus besos bajo el muérdago sin encontrarla, para su desilusión. 
Al poco de llegar, su cuñada invitó a los huéspedes a que fuesen sirviéndose una copa de vino, dando tiempo a la cena y le trajo una a Mamen. Vale, su cara mostraba la desilusión sufrida por mucho que quisiese disimular y Mirta, la conocía demasiado bien, no había caso.
- Qué tontería he cogido con esa mujer- le dijo regañandose. Por favor, era la segunda Navidad que ofrecía en el negocio de sus sueños. Un auténtico refugio de lujo a precio familiar y ella ahí, con cara de tonta por una desconocida.
- Uhm...yo aún recuerdo las palabras de mi madre cuando le dije que me había pillado por Fede después de  haber compartido con él un paseo en bici- le dijo su cuñada demostrando conocerla en demasía- Me dijo algo así como...en la vida hay personas que con sólo pasar por tu lado dejan huella en tu espacio. Personas con un encanto especial que te atrapan en detalles tan simples como la forma de fumar, de sentarse o de mirar. Personas de las que quieres saber y de las que no importan medidas, ni  alturas, ni sexos...en definitiva no importa aquello que es estereotipo, lo que importa es que cuando la ves o cuando la sientes,  algo en tu interior te avisa de que llegó LA mujer y te engancha. Obvio, mi madre me lo dijo en masculino y finalizó diciéndome, pruébalo en la cama antes de que tengas que cargar con un inservible toda tu vida.
- Jajaja, no puedo disentir con ella- dijo Mamen recuperando la chispa de tan especial noche.
- Aja...nunca se quejó de mi padre en la cama, lo que me lleva a...agh...no quiero imaginarlos- prosiguió Mirta entre guasa propia de dos cuñadas bienavenidas y así rápido volvieron al tema central de la noche, aunque no es que lo hubiesen dejado.
- En resumen, volvemos al punto de partida si hilamos con tu madre, mi morena me ha dejado huella y debo tirarmela para asegurarme- concluyó Mamen con ambas descojonandose de su propia conversación.
- Jajaja, que rapiditas somos quedándonos con lo que nos interesa- apuntilló Mirta, deseando ver aparecer a la mujer en el salón para complacencia de su cuñada, pero quien llegó fue un mocoso y lo hizo decidido.
- Huy...tais bajo el muérdago, tenéis que daros un eso jijiji- un pequeñajo, golfo y descarado de no más de metro de altura, les hizo ver que ambas estaban debajo de uno de los muérdagos. Natural, a Mamen le dió la risita tonta porque vaya día llevaba con el muérdago, mientras que Mirta se mordía los labios traviesa. El niño había sido de lo más certero avisándolas del muérdago en el mismo momento que la huésped más huidiza llegaba al salón.
- Voy a besarte, cuñada- le susurró Mirta  a Mamen que todavía no se había dado cuenta de la llegada de la mujer y normal, se puso a reír temiendo a la gamberra que era Mirta. Las risas de Mamen fueron mayores en cuánto todo el salón comenzó a vitorearlas pidiendo un beso entre ambas. Ese era uno de los puntos más guapos de una noche como la que celebraban. Las ganas de pasarla bien sacaban ese toque gamberro, aunque por lo que estaba tardando Mirta en dárselo, a Mamen se le antojó como si en verdad fueran unas novias recién casadas, por dios. Claro, de pensarlo le dio más risa.
- Jajaja, bésame de una vez- con toda la intención de acabar rápido quiso apremiarla Mamen, pero Mirta la había girado y ahora si, vió a la mujer con la vista clavada en ella. En nada sus miradas se enredaron y Mamen sintió una gran llamarada en su pecho. La mujer continuaba sosteniendole la mirada y seguro que en el salón seguían vitoreando por un beso, pero ella no pudo más que atender la llama que en su interior progresaba con fuerza, quemándola. Anclada a sus ojos, se agarró a los brazos de Mirta como si en verdad fuesen los de ella y cerró los ojos de a poco, queriendo guardar esos otros antes de recibir un nuevo beso bajo el muérdago.
- Joder cariño...que era un pico de broma- segundos más tarde la voz un tanto incrédula y un tanto divertida de Mirta le hizo abrir los ojos asustada- Jajaja, definitivamente tienes que tirartela. Definitivamente sí, porque la "tontería" por esa mujer a Mamen le había hecho besar a su cuñada como si fuese ella. Terror de sólo pensarlo sintió Mamen. Esa mujer estaba dejando huella demasiado de prisa y comenzaba a darle miedo- Sí pero no, porque yo se que su amor no me conviene, no pero sí, que puede ser mejor que lo que ya tienes- a su cuñada la situación le parecía de lo más cómica, tanto como para cantar antes de quitarle "tontería" a su cuñada- Jajajja ya lo canta David Bisbal,  deja de comerte la cabeza porque es Noche Vieja y ésta gente espera que les digas unas palabritas antes de cenar.
Oh si, super fácil para su cuñada. Pero era ella quien claramente sonrojada tras el momentazo vivido, debía hablar para esa gente, con ELLA sin dejar de mirarla. ¿Lo habría sentido como ella o se lo había tomado como una broma? Dios, debía dejar de pensar y comportarse como la anfitriona que quería ser. Decidida a ello, Mamen respiró dos veces antes de hacer sonar su copa, para comenzar a hablar en cuánto tuvo la atención de todos, incluida ella.
- Creo que todos sabemos que noche celebramos hoy....



martes, 30 de diciembre de 2014

Bajo tu muérdago 4




- Ja...que graciosa, ¿sabes que? Tengo unos clientes a los que atender, si no te importa- dispuesta a marcharse sin saber ni donde del cabreo que llevaba encima Mamen fue a dar un paso pero la mujer la retuvo cogiéndola de la muñeca para acabar acercándola a ella de nuevo.
- Antes cumplamos con la tradición- vuelta a empezar, pegada a ella de más, la morena volvió a indicarle el hijo de la gran....madre tierra del muérdago que continuaba sobre sus cabezas- No es a mi, a quien le encantan estas cosas..¿uhm?

lunes, 29 de diciembre de 2014

Bajo tu muérdago 3





- ¿Antes o después de besarla?- le preguntó la mujer parada frente a ella sin variar su sonrisa, de muerdemela de a poquito, y si variando su mirada hasta el puñetero muérdago que había colgado del techo y encima de sus cabezas.

domingo, 28 de diciembre de 2014

Bajo tu muérdago 2


- Creo que no, pero besar a la chica debajo del muérdago si- las palabras de la mujer llegaron a Mamen al tiempo que lo hacía esa mujer, cortandole el aliento ante su proximidad. Ni siquiera le dio tiempo a ofrecerle la mejilla, ella la tomó dejándole un beso suave, para después marcharse sin decir más nada.
Pues benditas tradiciones, si el resultado de llevarlas a cabo, era ese.

sábado, 27 de diciembre de 2014

Bajo tu muérdago 1


Media tarde era cuando Mamen salió al porche principal de la vieja casona. Amaba el sonido de sus botas al pisar la madera, provocando un crujido que se le antojaba armonioso. Mirando a la lejanía, se apoyó en un de las gruesas vigas. Solo en un sitio como ese, siendo el último día del año podía esperar ver el mejor de los atardeceres y puede, que la más espectacular noche de fin de año.

martes, 23 de diciembre de 2014

Feliz Navidad 2014

No soy yo de palabrerías, ni de elaborados deseos, así que para esta navidad, sin enrollarme jijijiji, os digo que....

112- Emergencias 113


Como podría olvidar Lucía, su llegada  a la habitación donde todos esperaban después de que Marina despertase bien y preguntando por los suyos. Al entrar, ni fue consiente de la gente que allí había acompañando o esperando noticias. Amistades, familiares o quien fuese. En ningún cayó y fue directa a por Susana. Aún podía recordar la ansiedad con la que la buscó, necesitando sacudirse en ella las larguísimas horas de angustia pasadas. Fue antes de llegar a ella y sus labios, que prácticamente chocó con Laura y su insistencia en que besara a Susana con todo.

lunes, 22 de diciembre de 2014

112- Emergencias 112


Ocho días habían pasado e Inés, no era la única obligada a descansar. A la misma hora que ella se iba a la cama, tras una dulce orden de sus dos amores, su suegra despertaba después de poder dormir ocho horas seguidas. Todo un récord, después de ocho días de lo más intensos sin tiempo de largos descansos. Despertaba Lucía y lo hacía sonriendo. Como no hacerlo, si sus últimos despertares le traían un abanico de rostros culpables de su estado risueño. Desde el rostro más pequeño y tierno, el de su nieto, pasando por su hija, Susana y sus dos nuevas niñas. Sentirse plena era recordarlos individual o por conjunto. Cada uno a su forma, contribuía a que estuviese en esa cama desperezándose sin perder la sonrisa y por cada uno de ellos, es que lo primero que hacía después de estirarse era coger el móvil.

jueves, 18 de diciembre de 2014

112- Emergencias 111

Ocho días tuvieron que transcurrir para que Inés volviese a abrir la puerta de su casa. Lo hizo cargada de bolsas y con ojeras y flácida piel, que marcaban los días pasados sin apenas ver la luz natural. Nada más entrar, el olor a su hogar llenó sus fosas nasales, trayéndole de golpe todo el cansancio acumulado en esos ocho días. Exhausta dejó la bolsas caer, con la vista pérdida en el salón. Ya no estaba dividido y volvía a verse como cuando entró en esa casa por primera vez, enredada a besos con Marina. Sin duda habría sido su Tía, la que lo recolocase tal cual estaba.

martes, 16 de diciembre de 2014

112- Emergencias 110


A la mañana siguiente y a la hora prevista, se les quedó a todos un suspiro atravesado en el pecho, viendo como se llevaban en camilla a Marina. Privilegios de su profesión, pudieron contar con una habitación para ellos solos, que siendo primera hora, ya recibía algún regalo. Habitación que en los primeros minutos quedó callada y habitación a la que llegó el señor Zapatones metido en una bolsa.

lunes, 15 de diciembre de 2014

112- Emergencias 109

Como Inés, Lucía también preparaba una maleta, no teniendo muy claro cuánto tiempo tardaría en volver a salir del Hospital. En la mañana había lo dejado claro en el Ambulatorio. De primeras dispondría de quince días de permiso para estar con su hija y después, ya vería si podría compatibilizarlo con su trabajo. Así, por lo pronto prefería hacer lo aconsejado a Inés, llevarse una maleta con todo lo necesario para no tener que estar pidiendo favores o saliendo del Hospital.

viernes, 12 de diciembre de 2014

112- Emergencias 108

Estando Lucía con ellos, no esperó más para mover sus contactos en el Hospital para que le hicieran en ese mismo momento el pre-operatorio a su hija. Mentiría si no dijese, que le costó horrores pasar por su lado sin abrazarla. Pero antepuso la necesidad de hacerlo todo rápido y que su hija se pudiera ir a casa pronto junto a Inés. El día y las ilusiones de todos se habían roto en esa consulta y lo increíble, es que Inés seguía respirando con normalidad. Si, no se había asfixiado cuando aguantó sobre si la mirada más dolida de Marina. Tampoco, cuando Lucía y Fran se despidieron para comenzar a prepararlo todo y tuvo que verla llorando abrazándose a Laura y tampoco, cuando Marina cambió los brazos de Laura por los de ella, para decirle:

jueves, 11 de diciembre de 2014

112- Emergencias 107


El estancamiento de peso evidente en Marina, las llevó a adelantar la visita a su ginecólogo. Realmente preocupada por su estado, Marina le pidió a Inés encarecidamente que nadie se enterase. Le apetecía cero, que todos estuviesen pendientes de esa visita, sin caer en que, las mismas comunicaciones que los mantenían al tanto de todo de la vida de cada cual, serían su enemigo ese día.

martes, 9 de diciembre de 2014

12- Emergencias 106


Mucho, demasiado tal vez, llevaban sin saber de la pareja protagonista de los últimos días. A Inés se la comían los nervios por saber que tal les iba, aunque que ninguna apareciera vía internet en cualquiera de sus formas, daba una ligera idea. Ella nerviosa queriendo saber y por igual Karla, normal entonces que estando pasando la tarde juntas en casa de los padres de Nacho, ganase el gamberrismo de Inés. Así ni corta ni perezosa, con la compañía de su hermana, de Nacho y de Marina, se arrancó destrozando una balada como pocas.

lunes, 8 de diciembre de 2014

12- Emergencias 105



Lucía no dormía, no podía hacerlo si tenía sus alas entre los dedos. Lo que hacía era coger el móvil para escribirle: Yo también, te quiero. Son solo dos palabras y no sabes como llena sentirlas.
Letras que en su día las unieron y que en el caso de Laura, no obtenían los
mismos resultados. Puede que porque entre ella y Xavier, las letras no habían jugado ningún papel. No se habían conocido por ellas, apenas se habían comunicado mediante ellas y tampoco, es que a viva palabra, les hubiese ido mejor con ellas. En ese punto, Laura se achacaba para ella toda la culpa. Había caído sobre Xavier, con demasiada exaltación. Fenomenales polvos, cenas de puro exhibicionismo y nada más. No porque no quisiera, sino más bien, porque solía vivir la vida tan deprisa y rápido, que en el camino dejaba momentos por los que ahora mataría.

jueves, 4 de diciembre de 2014

112- Emergencias 104

Las disculpas de Lucía a voz quebrada de impotencia, prácticamente desnuda entre restos de lechuga y copas de vino rotas, no fueron bastante para esquivar los ojos de halcón herido a traición con los que Susana la estaba mirando. Si no los conociera tanto, sino supiera de sus variaciones, no se habría agarrado a la encimera con auténtico pánico, adelantándose a lo que por la boca de Susana iba a salir.

martes, 2 de diciembre de 2014

112- Emergencias 103

No sufras, a mi me alborota igual”, fue uno de los tantos pensamientos de Lucía tras la llegada de Susana. Nela se volcó en saludarla, como ella deseaba hacer, aunque en teoría la seriedad con la que la piloto había llegado, no invitase a ello. Pero si, la alborotaba al extremo de no poder prestar atención al simpático vecino con el que compartieron ascensor.
- Coño, si se queda esta noche, subiros si podéis a cenar y os preparo unos pinchos vascos de quitar el sentío. A mi mujer le encanta y ya sabes tu Susana, lo que es mi Mari para los fogones- poco o nada  a lo que el buen hombre hablaba y les proponía.