Wilson S.L. 92

El teléfono de Maca no paró de sonar, la salud de su padre empeoraba por momentos y era la noticia más comentada de toda la Comarca.

A las llamadas constantes de la Mansión se unieron las de Risto. Autoridades y empresarios, solicitaban ser mantenidos al tanto y viendo que no había marcha atrás, pedían protección y privacidad para acudir al sepelio de Francisco Wilson. Era como si el imperio fraguado durante tantos años, estuviera más vivo que nunca.

Anna la miraba desde la cama observando todas sus reacciones. Ante ella aparecía la señora, manejando todos los hilos con extrema naturalidad. Educada para ello pero con sello propio. El orgullo comenzaba a llenarla y pasado el susto de su ingreso, Anna quería a la señora ocupando su lugar.

An: Maca yo estoy bien. Sabes que me dejan aquí por pura precaución, deberías estar allí.

M: Puedo acercarme y después volver.

An: No te dejan tranquila y no ha hecho más que empezar. Si finalmente fallece, tendrás que organizarlo todo.

M: Puedo hacerlo desde aquí.

An: Te digo que estoy bien.

M: Y yo te digo que quiero estar aquí. Joder con la manía de discutirme todo.

An: Podría decir lo mismo.

Un intercambio de frases y ambas que dejan de mirarse para mirar el mismo objetivo; el monitor que refleja el latido de Jaime.

Silencio que hace respirar hondo a ambas, aprendiendo a sujetar malos genios y fuertes caracteres.

M: No me he lanzado a besarte.

An: Es un avance.

M: Pues no se si me convence.

An: Jajaja

M: Que lo mismo no tenemos remedio. Porque las ganas de hacerlo, no me faltan.

An: Mientras lo tengamos para otras cosas, no me quejo.

Fácil les resulta hablar mirando a un monitor, están solas y aunque la situación no es la más ideal, sin pactarlo, ambas se lanzan aprovechando la ocasión.

An: Punto uno. No quiero una relación abierta.

M: Punto uno aceptado. Punto dos; se acabaron los espías.

An: Punto dos aceptado. Punto tres;

M: Espera

An: ¿Que?

M: Nada, puedes seguir.

An: Punto tres; se acabo el Satanás o cualquier negocio por el estilo.

M: No puedo aceptarlo.

An: ¿Como que no?

M: Espera

An: Espero

M: Ya, puedes seguir.

An: Estabas tú.

M: El Satanás está cerrado. Pero sabes que si queremos mantener cierta financiación, necesitaré abrirlo. Sabes y conoces de sobra los caprichitos de la gente poseedora del dinero que nosotras necesitamos.

An: Este punto, necesita apartados.

M: Espera

An: Maca

M: Jajaja, tres y has saltado.

An: ¿Te vas a volver una chistosa?

M: Quien sabe

El reflejo del latido de Jaime es muy bonito, pero la desviación chistosa de Macarena, hace que ambas sean conscientes que están pactando un nuevo contrato, que invalida el anterior y que veladamente, habla más de relación que de contrato. Lo que provoca que ambas dejen de mirar el monitor, para ahora si, mirarse de frente y sin complejos.

M: De...deberíamos haber empezado hablando del cambio de contrato- los ojos profundos de Anna la miran casi sin pestañear y aunque no lleguen a intimidarla, si la atenazan. No en vano, son los ojos de su puta diosa, los que la miran. Pero sin ningún atisbo de reto y limpios de rencor. Maca por instantes se pierde en ellos. Como quien aprovecha una ola del mar, para que lo lleve a la orilla, deslizándose sin esfuerzo.

An: Ujum, pero debes irte.

M: Ahora menos que antes quiero irme.

An: Debes hacerlo- pausa obligada. Los marrones ojos de Maca parecen besarla y debe hacer un esfuerzo, para no sucumbir a ellos. Ahora lo importante no son ellas y Anna prosigue- Acompañalo a irse, no voy a dejar que te llene de más porquería. Nosotras podemos volver al contrato cualquier otro día.

El mismo esfuerzo que Anna hacia para no sucumbir a lo que los ojos de Maca pedían, lo hizo Maca para aceptar lo dicho por Anna. Pero sus pies no obedecían, seguían plantados en el mismo espacio, sin intención de moverse. Se estaba tan bien ahí mismito, que se negaban a abandonar tal dicha.

M: Voy a por Adri para que se despida de ti- cualquier excusa era dada por buena por Maca, si le permitía mirar a Anna como siempre quiso y ahora hacia. Los decibelios en la habitación bajaron y bajaron, los monitores ganaban en sonido a sus propias voces. Las mismas que salían flojitas, conscientes de que lo que hablaban carecía de importancia respecto a lo que sus ojos se decían. Los secretos salen a la luz, porque no quieren guardarlos por más tiempo.

An: Si- contestó por inercia y sus manos buscaron las sábanas como salvavidas. Algo a lo que agarrarse y evitar así, olvidarse de cables y tubos para ir a por ella.

M: Volveré en cuanto pueda.

An: Si

Nadie para el tiempo, el tic tac eterno continúa su candenciosa marcha. El latido de Jaime ameniza la habitación, y el tiempo transcurre entre arañar el colchón y desear esos arañazos.

Ad: ¡Mamá!

La interrupción de Adriana en la habitación, no es tal. Porque ninguna deja de hacer lo que hacia.

Ad: Tengo sueño. ¿Duermo contigo?- la inocencia de todo niño, hace que Adriana no vea más allá y no sea consciente de que sus madres no pueden escucharla y casi ni verla.

M: Esta vez no- murmura Maca y sus pies ahora si reaccionan. Lo quiere ahora, este Adri, este su padre muriendo o lo que narices este ocurriendo a su alrededor.

Todo su ser quiere besarla, quiere el glorioso impacto de labios contra labios. Y Anna no la detiene, al contrario sus manos dejan de arañar al pobre colchón para esperarla cómo lo hacen sus labios entreabriéndose.

Ad: Gracioso es Jaime, sabe que entre y su corazón se oye más rápido.

Un sólo paso, y Maca ya se agacha, un sólo pasó y Anna se incorpora.

Ad: No me hacéis nadita de caso.

Una camisa que es agarrada, un cuerpo que se deja llevar por ese agarre.

An: No, no te lo hacemos

Y una Anna que contesta a su hija, sonriendo a los ojos que tiene a milímetros.

Ad: Jejeje ahora si...eso si es un beso

Una niña que se sonroja viendo los rostros acercándose de sus madres y se tapa la boca, contagiándose de la emoción que ambas transpiran.

Y un beso que se forja fuerte y decidido. Impacto de cuatro labios, que comienzan a presionarse más y más fuerte, para después volverse gelatina y temblar como ella.

Las manos acompañan al beso, las de Anna sujetan la cara que la besa a ojos cerrados y las de Maca se anclan a sus brazos, afirmando la sujeción.

M: Anna

Y un "quejio" que comienza a creerse eterno.

Ad: Ay va...el corazón de Jaime va rapidísimo. Como mola jijiji