jueves, 18 de julio de 2013

Mi cincuenta cláusulas 19


La llamada no podía durar mucho mas y con un; “cuelgo que ya esta aquí”, Minerva corto la llamada y dejo el teléfono en la mesa, protestando con disimulo.

Apenas a unos tres pasos de la mesa, Julia se había detenido, y todo el bendito salón le prestaba atención, incluida Minerva. Su altura, su elegante forma de pararse y atender su teléfono, la mano en el bolsillo, el movimiento de uno de sus pies “y que es Julia Arango”.

Apenas diez mesas, poco mas que el doble de comensales y todos callados, mirando como la poderosa mujer, habla por teléfono. Imposible tratar de leerle los labios.

“Mejor morderlos, tas mal Minerva”

Segundos que Julia le daba, para resoplar por el calor que esa mujer le provocaba. Un coqueto pero pequeño salón, ella que ignora a todos menos a su llamada de teléfono y todos, pendientes de ella. Julia es el poder, hecho mujer.

Rápido para Minerva, fue unir, piezas. Julia había demostrado familiaridad en el trato con Mariola, madre de los hermanos dueños del Restaurante, seguro clienta habitual de la casa y siendo el restaurante que es, de los comensales que allí habría, pocos desconocerían quien era la mujer que continuaba parada hablando por teléfono.

Antes de que cortase la llamada, los ojos de ambas se encontraron, aunque en verdad, los de Minerva no la habían abandonado ni un momento y lo hicieron, cuando Minerva dejaba su móvil sobre la mesa.

En los de Julia, Minerva observo regañina y en los de Minerva, Julia observo rebeldía. Inconsciente Minerva, llevaba todo el tiempo mordiéndose los labios.

Pero el regreso de Julia a la mesa, no fue como Minerva esperaba tras ser consciente de la humedad en su labio inferior. La regañina quedo en visual, no hubo ninguna sensual advertencia. Julia tomo su copa de vino abstraída, como a kilómetros de esa mesa. Hasta que pareció regresar y mirando la copa de Minerva, como no, observo.

- Una carta de vinos, de lo mas exquisita y usted Minerva, elige un simple albariño rosado.

- No me gusta el vino y no, no quiero que lo elija por mi.

Airada fue la contestación de Minerva, llevaba mas de dos horas, en un sube y baja constante. Si Julia frunce el ceño ¡moja!, si Julia regaña ¡arde! Y si Julia se queda callada, mirándola fijo ¡quema y desespera!

- ¿Que?- pregunta desesperada Minerva, Julia le mantiene la mirada sin decir ni una palabra y esa mirada unida al descubrimiento del infinito deseo de lamer la mínima grieta que separa el labio inferior de Julia en dos, acaba por desesperarla.

- Vaya al baño

- ¿Que?

- Lo que ha oído, Minerva vaya al baño y no me contradiga mas.

- No me de razones

Minerva se siente incapaz de no contestar cada observación de esa mujer, en un juego peligroso, dada la dura mirada que recibe por su nueva contestación. Pero al fin y al cabo, es un juego y jugar con Julia, es muy excitante. La satisfacción por el juego de “ si tu me dices, yo te redigo”, le hacen sonreír encogiéndose de hombros.

- ¿Sueles hacer esto muy a menudo?- pregunta Julia entrecerrando los ojos. Observando cual cazadora a su presa. Pero su presa sonríe traviesa, no queriendo dejarse cazar tan fácil.

- ¿Cenar? A diario, Julia.

- Minerva

Su nombre, un suspiro de la poderosa f18 y Minerva recula.

- No, no suelo aceptar cenas a setecientos kilómetros con una mujer a la que apenas conozco y que me mantienen un absurdo tratamiento de usted. No soy una de sus maniquíes, ni si quiera soy una de sus empleadas. Soy la fotógrafa, que le hizo un reportaje que usted cedió a la entrevista en la que yo participo- envalentonada, Minerva trata de no abrir los ojos tanto como desea y calma su propia sorpresa, colocando su flequillo tras la oreja. Le esta cantando las cuarenta al hermoso f18, cuando en verdad, quiere que su lengua sea el balsámico que su labio necesita- Pero si, acepte y además reconozco que ni siquiera lo pensé y hasta acabo de llamar a mi amiga, para pedirle que me detenga.

- ¿Qué quiere detener?

- Las ganas de besarla, cada vez que se muestra tan borde.

- ¿Soy borde?

- Mucho

- Y quiere besarme

- Si

- Bien

¿Bien? La pregunta a Minerva se le atraganto a medio a salir. Totalmente enfadada con la no solo borde sino que también sobrada Julia, opto por soltar la servilleta, en un gesto poco elegante e incorporarse de su asiento.

- Ahora si voy al baño, porque ahora es cuando yo quiero ir al baño.

Minerva continuo murmurando de camino al baño, pero a medio camino, recordó que no había cogido su bolso y regreso a la mesa En ella Julia, ahora estaba cruzada de piernas y totalmente apoyada en el respaldar de la silla. La observaba en silencio y la estúpida y sexy sonrisa de sus labios, no se había borrado de sus labios.

- Mi bolso

- Bien

Misma contestación de Julia y Minerva que se cabrea un poquito mas.

- Que sepas- de pie, blandiendo su bolso y aguantando las ganas de alzar la voz, Minerva prosigue y ahora no es un juego- que así me muera de ganas, no te pienso besar. Puedes dejar de sonreír como seguro lo haces con todas tus fotocopias.

- Baja la voz y ve al baño.

Minerva obtenía lo que pidió. Julia dejo de sonreír para mirarla en absoluta seriedad. Toda ella gritaba “obedece” y pese a las ganas de volver a contestarle que Minerva sentía, lo hizo. Se giro, caminando veloz al baño.

Apenas pudo saludar a la mujer que en impoluto uniforme, esperaba en la ante sala del baño, se limito a un gracias apenas susurrado y cogiendo la pequeña toalla que la mujer le ofreció, se coló en los baños, con dos objetivos principales. Refrescar su cara, por el sonrojamiento que la discusión con Julia le había propiciado y relajarse. Jamás, había protagonizado una escena así, en publico.

Definitivamente, Julia le hacia no reconocerse.

Solo abrir el grifo del agua, ansiando que saliese fresca y tuvo que detener todo movimiento. La voz, que amable conversaba con la mujer de fuera, no podía ser de otra mas que de Julia. Profunda, segura, decidida y sexy a rabiar.

“Que hostiazo te vas a llevar, Minerva”

- Minerva

- Julia



3 comentarios:

  1. .....Acostumbrada siempre a mandar...a ser obedecida..Pisa fuerte..muy fuerte y con poderío...Dispuesta a ''arder'' ...a ''quemarse''...El deseo es difícil de controlar...no se yo si podrá...o quizás es que busca perder de una vez ese control..

    Como sea ...lo que esta claro..es que sigue ''matando'' a Daniela...aúnque haya intentado revelarse..solo intentarlo...conseguirlo es otra cosa...
    Me sigue encantando esta Mujer...

    Celeste_Negro

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  2. jooooooooooooooooooooooooder!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!



    gracias artisstaza

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  3. Yo creo que el hostiazo, con una mujer así, se lo da cualquiera..Masssssssss Besos, Jayssel

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